La nueva luminaria que se ha instalado en nuestra ciudad está formada por tecnología LED, pero… ¿qué es esta tecnología y que beneficios nos aporta a nuestra salud?

Cualquier fuente de luz, ya sea natural o artificial, puede afectar a nuestra salud de diferentes formas, ya sea 1)por su intensidad (aumentando la temperatura del ojo o deslumbrando), 2)por el parpadeo (llamado también efecto estroboscópico) o 3)por el espectro de luz que tiene. Poco a poco vamos a ir desgranando estos factores y los enlazaremos con la tecnología LED.

El primero de los factores que hablaremos es sobre la Intensidad. Hay que diferenciar entre el LED de iluminación y el LED laser; los que tenemos instalados en nuestra ciudad son LEDs de iluminación y, por tanto, no producen ningún tipo de calentamiento en los ojos, a diferencia de los LEDs láser que sí y que pueden llegar a ser peligrosos. Los deslumbramientos se pueden dar cuando la intensidad de luz es elevada y llega directamente a nuestros ojos. El tipo de luminaria de la ciudad tiene una posición vertical y la luz está enfocada hacia el suelo; por tanto, si no miramos directamente a la fuente de luz, hay poco peligro de ser deslumbrado.

El Parpadeo de la luz o efecto estroboscópico está presente, aunque no se perciba, en casi todas las fuentes artificiales de luz. Los LEDs que se han instalado en la ciudad tienen una frecuencia de parpadeo superior a los 200Hz y, por tanto, la afectación fisiológica que puede tener nuestro cuerpo (dolor de cabeza, malestar, alteraciones de visión…) se reduce drásticamente.

Haremos especial mención a como nos puede afectar el Espectro de luz. El biorritmo de la mayoría de los animales está relacionado con la exposición a la luz del Sol (día/noche), y nosotros no somos una excepción. El espectro de luz que emite el Sol cambia a lo largo del día y notamos sus efectos en nuestra actividad: generalmente tenemos más energía por la mañana y, a medida que se aproxima la noche, nuestra energía va disminuyendo. El cerebro asocia mayor actividad fisiológica cuando hay luz y, por la noche, inhibe esta función llegando al mínimo entre las 3:00 y las 6:00h. Pero, ¿cómo detecta el organismo la luz?

Aunque estemos dormidos, la luz es captada por unas células que se encuentran debajo de la retina y dirigen la información al núcleo del Sistema Nervioso Central (también llamado núcleo supraquiasmático), que regula el reloj interno del sueño y del despertar. Éste da la orden al cuerpo de que comience a secretar determinadas substancias que controlan los ritmos de cuerpo: por ejemplo, cuando esta oscuro, da la orden al cerebro para secretar melatonina, hormona que genera nuestro cuerpo y que afecta al sueño. Estas células son muy sensibles a la longitud de onda de color azul, presente de forma natural en el cielo azul, pero también en las pantallas de LCD, de los smartphones, ordenadores, tablets, luces LED y algunas bombillas. Debido a este efecto, una breve exposición a este tipo de luz durante la noche puede engañar a nuestro cuerpo y hacer que se comporte el organismo como si fuera de día. Pero ¿cómo podemos saber si la luz que utilizan los dispositivos tiene el color azul? Esto se puede saber mediante la temperatura del color.

Cuando vamos a la tienda y estamos delante de los estantes interminables con diferentes tipos de bombillas LED, podemos observar que no hay ninguna especificación de los fabricantes sobre que método utilizan para generar la luz. Normalmente puede ser mediante 1)tres LEDs de colores diferentes (generalmente rojo, azul y verde), 2)mediante un LED azul y un fósforo amarillo dando un color blanco cálido, 3)mediante un LED azul y otro fósforo (dando un color blanco frío) o 4)mediante un LED ultravioleta y tres fósforos. Esto sería interesante de saber, ya que los métodos 2 y 3 son más económicos, pero generan una importante componente azul; mientras que los métodos 1 y 4 son relativamente más caros que los anteriores, pero generan poca componente azul ya que se controla de forma independiente, y esta sería la opción que nos interesaría escoger, ya que afecta menos a nuestro biorritmo.

En cambio, observamos que las bombillas se clasifican según la Temperatura del color. ¿Qué es i qué información nos aporta? La temperatura del color es una medida numérica en grados kelvin (ºK) que sirve para describir la tonalidad de la luz de una determinada fuente lumínica y permite hacer una comparación entre diferentes tipos de LED que hay en el mercado. Hay tres tipos de tonalidades lumínicas según la temperatura del color (Fig. 1):

  • Cálidas (temperatura del color entre los 2.800 y 3.500ºK). Las tonalidades de color son cercanas a la longitud de onda de color rojo (parecida a la luz que proporcionan las bombillas incandescentes) i proporcionan una calidez ambiental.
  • Neutras (temperatura del color entre los 3.800 y 4.500ºK). Es una luz más natural y se utilizan para embellecer los colores y producir un efecto natural.
  • Frías (temperatura del color por encima de los 5.000ºK). Equivale a la luz de un día con mucho sol o nublado, por tanto la longitud de onda que emite es cercana al color azul y proporcionan un ambiente estimulante para el biorritmo de los animales.

Figura 1. Clasificación del tipo de luz que emiten los LEDs en función de la temperatura del color. También se puede realizar una comparación con los diferentes tipos de luz que conocemos y estamos habitualmente en contacto. Fuente: B·LED Barcelona Led.

Introducido el concepto de temperatura del color, podemos preguntarnos: ¿qué tenemos en nuestra ciudad? La luminaria que se ha instalado dentro de la ciudad presenta una tonalidad neutra, ya que la temperatura del color de las bombillas LED es de 3.000ºK, mientras que la luminaria de las urbanizaciones que se encuentran en zonas boscoses, como Can Palet de Vista Alegre y Les Martines, entre otras, pueden tener una tonalidad cálida con una temperatura del color entre 1.200 y 2.400ºK. ¿Por qué esta diferencia de temperatura de las bombillas entre la ciudad y las urbanizaciones? Si observamos el mapa de Terrassa, estas zonas se encuentran justo en contacto directo con “L’Anella Verda” (Fig. 2) el cual es el territorio de entorno natural y rural, con bosques, campos y torrentes que rodean la ciudad de Terrassa.

Figura 2. Territorio que forma parte de la Anella verda de Terrassa. Fuente: Imagen extraida de la Guía de la Anella Verda de Terrassa que se puede descargar en la web de la Anella Verda.

Al inicio de este articulo hemos comentado que los biorritmos de todos los animales, incluyéndonos a nosotros, está relacionado con el Sol. Al iluminar aquellas calles de las urbanizaciones que están en contacto con las zonas boscosas mediante bombillas cálidas, disminuimos los trastornos que podemos causar en la vida salvaje, como por ejemplo las relaciones presa-depredador, migraciones, alteraciones de los ritmos circadianos (ligados a la exposición de la luz y, por tanto, a la alternancia entre el día y la noche) de la fauna, ciclos biológicos (reproducción)…

Debemos ser conscientes que necesitamos gestionar de manera correcta y eficiente el tipo de bombillas LED que utilizamos para minimizar el impacto que podemos ocasionar, con nuestras acciones y decisiones, a los otros seres vivos que conviven con nosotros en este planeta.


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